Arturo Fuentes: Factoría espacial

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Artículo NEOS11409 Categoría:
Publicado el: 10 de mayo de 2014

Texto de información:

música de cuarto oscuro
para flauta baja, clarinete bajo, viola y violonchelo (2013)

El título de esta composición me resulta muy sugerente: música de cuarto oscuro. A veces cierro los ojos en los conciertos. La oscuridad resultante me permite descubrir otros (nuevos) espacios sonoros. En otras palabras: mi percepción se mueve en un contexto diferente y así encuentra nuevas matrices. la audiencia que música de cuarto oscuro oye, te recomiendo hacer lo mismo y cerrar los ojos. Al componer la pieza me imaginé caminando por un cuarto oscuro en forma de laberinto, descubriendo texturas y objetos que aparecen de la nada. Creo que hay algo de esa idea en mi música, en las figuras, sonidos y movimientos que se desarrollan espontáneamente. música de cuarto oscuro es una obra encargada por el conjunto PHACE y lleva el mismo título que una pintura de 1993 del artista austriaco Günter Brus. Tengo una estrecha amistad con él y su esposa Anna Brus, a quien la composición está dedicada con mucho amor.

abeto de esquí
para flauta, clarinete bajo, piano, violín, viola y violonchelo (2010, rev. 2013)

Al comienzo de la pieza, se puede escuchar un arpegio en el piano, una cita del Françoise Variaciones (1983–1996) de mi maestro Franco Donatoni. abeto de esquí fue compuesta en 2010, como un homenaje dentro del décimo año de la muerte de Donatoni; En 10 revisé la composición. Donatoni tiene algunos de sus sueños en el libro. Antecedente X (1980). De uno escribe: "En una multitud de eventos confusos, A.C. pronuncia palabras ininteligibles. Solo SKIFIR es claramente comprensible«. Esta frase no es solo el título de mi pieza, sino que también muestra cómo pienso sobre mi música: »una multitud de eventos confusos«. En Antecedente X Donatoni desarrolla el aspecto opuesto del análisis compositivo: "sueño, intuición, imagen, visión, idea, fantasía, relato..."; Incorporo todos estos componentes en mi composición.

Space Factory III - del Ciclo Infantil
para oboe, percusión y piano (2011)

Se combinaron dos ideas al componer esta pieza: la creación de una reverberación muy fuerte en la sala y el carácter infantil. Para mí fue muy difícil implementar el segundo pensamiento: crear una composición para niños o de alguna manera un estilo que nos recuerde a la infancia. En general, uno tiende a pensar que la "simplicidad" y el "humor simple" representan lo infantil; Ideas que no comparto. La música para niños también significa complejidad y mucha imaginación. He escrito un ciclo de piezas que trabajan con estos conceptos. Me interesa el tema »música para niños« porque creo que cuando estoy componiendo puedo mirar otros aspectos tonales de mi música. En cuanto al espacio reverberante, me gustaría decir que como tú defines, la mezcla de timbres armónicos estalla (es menos controlable) y como consecuencia cambia la forma de la composición. En la conexión de esta tensión entre la reverberación y lo infantil en la música, se desarrolla una nueva forma, que se refleja en mi música.

Fábrica espacial IV
para flauta, oboe, clarinete, kalimba, piano, violín, viola y violonchelo (2012)

En esta composición busco una saturación del espacio sonoro. La kalimba, afinada en cuartos de tono, construye el timbre armónico de la pieza (los otros instrumentos repiten los cuartos de tono); por momentos surge el caos del conjunto; entonces de nuevo el conjunto se pierde en él. La obra es un intento de crear un bloque compacto, suspendido y monolítico, que se desprende como la niebla de un cono de luz. La cualidad monolítica está dictada por el clarinete tocando un glissando a lo largo de la composición. Esta línea es como un "hilo armónico" con el que se cose el timbre del conjunto. En Fábrica espacial IV hay algo poético y complejo en el clarinete solo para mí: atraviesa el caos con un movimiento muy lento, albergando un laberinto en sí mismo. Esto, a su vez, me recuerda a Jorge Luis Borges que dice: "He oído hablar de un laberinto griego formado por una sola línea, una línea recta".

Fábrica espacial V
para clarinete bajo, violín, viola, violonchelo y electrónica (2012)

El poder de la electrónica es un elemento que quería visualizar desde el comienzo de la composición. En diferentes partes los instrumentos están detrás de una cortina acústica. Me interesa crear curvas en la percepción: a veces aparecen los instrumentos, a veces se pierden en la electrónica. Hasta cierto punto, esta apertura y cierre de la cortina acústica, revelando parcialmente los instrumentos, desarrolla curvas dramáticas dentro de la pieza. Vemos tocar a los instrumentistas, aunque no podemos oír exactamente lo que tocan (¿provoca esto tensión, interés...?). La electrónica se mezcla con los instrumentos de tal manera que no se puede definir ninguna conexión audible del origen del sonido. A menudo uso esta mezcla perfecta entre lo acústico y lo electrónico para "fabricar" el espacio de una pieza electroacústica. Esta cualidad de espacio sonoro se encuentra también en la obra de mi maestro Horacio Vaggione, a quien dedico esta obra con gran veneración.

Fábrica espacial VI
para flauta, violín y electrónica (2012)

In Fábrica espacial VI Como en otras obras mías, la flauta realiza acciones independientes al mismo tiempo, que se combinan en una sonoridad: por un lado los sonidos percusivos de las teclas, por otro lado la radiación del aire. El resultado es una sonoridad compleja compuesta por ritmo, aire, armónicos y glissandi. En mi opinión la música necesita fluidez y ligereza (dos aspectos que siempre busco en mi música). El violín y la electrónica amplifican esta sonoridad y la multiplican. Mi interés al componer para flauta (y para todos los instrumentos en general) es convertir el ruido en sonido: del caos al orden, de lo regular a lo irregular, de la singularidad a la diversidad. Puedes pensar que mi música consiste en vaguedades, pero no es así: para componer vaguedades hay que ser preciso. En su singularidad, cada instrumento es capaz de crear numerosos paisajes sonoros. Dentro del proceso creativo, encuentro muy estimulante utilizar la incertidumbre como un aspecto de la composición.

Arturo Fuentes
Traducción del español: Hannah Crepaz

Programa:

Arturo Fuentes (* 1975)

[ 01 ] música de cuarto oscuro 09:56
para flauta baja, clarinete bajo, viola y violonchelo (2013)

[ 02 ] abeto de esquí 10:51
para flauta, clarinete bajo, violín, viola y violoncello (2010, rev. 2013)

[ 03 ] Space Factory III - del Ciclo Infantil 11:37
para oboe, percusión y piano (2011)

[ 04 ] Fábrica espacial IV 12:53
para flauta, oboe, clarinete, kalimba, piano, violín, viola y violoncello (2012)

[ 05 ] Fábrica espacial V 11:11
para clarinete bajo, violín, viola, violonchelo y electrónica (2012)

[ 06 ] Fábrica espacial VI 11:41
para flauta, violín y electrónica (2012)

tiempo total: 68:35

FACE [01/02/06]
Doris Nicoletti, flauta, Walter Seebacher, clarinete bajo
Ivana Pristasova, violín (viola en música de cuarto oscuro)
Elaine Koene, viola Roland Schueler, violonchelo
Mathilde Hoursiangou, piano
Simeón Pironkoff, director

conjunto de investigación [03/04/05]
Melise Mellinger, violín Barbara Maurer, viola
Åsa Åkerberg, violonchelo; Martin Fahlenbock, flauta
Jaime González, oboe Shizuyo Oka, clarinete
Christian Dierstein, percusión Klaus Steffes-Holländer, piano (Space Factory IV)
Jean-Pierre Collot, piano (Fábrica espacial III)

Grabado en el Kubus de ZKM | Instituto de Música y Acústica (IMA)

Reseñas de prensa:


2/2015

[...]
Es impresionante cómo Fuentes mezcla los sonidos electrónicos e instrumentales para que encajen casi a la perfección. El resultado de esta combinatoria compositiva son amalgamas tonales de belleza extraterrestre, música que en realidad podría provenir de las desconocidas profundidades del espacio.

Rafael Smarzoch

Música: 5/5
Técnica: 5/5
Folletos: 4/5

 


12 / 2014


 


08.09.2014

Laberintos y extravios

En las paginas de mundoclasico.com hemos venido dando cuenta de algunos de los jóvenes compositores mexicanos que conforman las generaciones subsiguientes a esa figura en cierto modo tutelar (faro musical, artístico y personal para tantos de ellos) como lo es Julio Estrada. De este modo, los Francisco Javier González Compeán, David Hernández Ramos, Víctor Ibarra, Iván Naranjo, Rogelio Sosa, etc., nos han mostrado algunos de los perfiles que definen la música actual mexicana, con el fructífero diálogo que en sus aparatos estilísticos se Producen entre las innegables influencias de la música europea contemporánea (mucho de ellos han desarrollado sus estudios y carrera en Europa) y la herencia de lo hispanoamericano, retrotrayéndose a las civilizaciones precolombinas como fuente de poderosos estímulos e imaginarios.

Nos quedamos hoy con una de las figuras más destacadas de esa joven generación de compositores mexicanos que se encuentra, a su vez, entre lo más interesante de la composición americana actual: Arturo Fuentes (México DF, 1975). Fuentes residen en Europa desde 1997, con un periplo que lo ha llevado por Milán, París, Viena e Innsbruck. Además de las improntas debidas a su formación con Franco Donatoni y Horacio Vaggione, en la música de Arturo Fuentes reverbera todo un coro de afinidades (s) electivas que ha ido tramando con diversas artes, ciencias y sistemas de pensamiento. De este modo, en sus propuestas de teatro musical (en no pocas ocasiones, actualización del concepto gesamtkunstwerk, donde se entreveran música, danza, literatura, vídeo y electrónica), nos encontraremos algunas de las voces que registran su catálogo: los Carlos Fuentes, Paul Klee, Italo Calvino, Julio Cortázar, Ludwig Wittgenstein, Paul Celan, Jorge Luis Borges, Fernando del Paso, etc

«Comúnmente pienso en la forma de mis obras como si estuviese recorriendo un laberinto: pierdo la linea del discurso musical para encontrarla después de varias vueltas. En un laberinto cada paso que damos está cargado de una gran incertidumbre y nuestra orientación se extravía debido a la similitud entre los muros, algo similar a lo que sucede cuando compongo». Estas palabras, que Fuentes escribieron con respecto a Modular (2009), obra presente en su primer monográfico para el sello NEOS (10906), se pueden aplicar a buena parte de su producción musical reciente, que bebe de esa idea tan volumétrica, escultórica y plástica del espacio como recorrido, como topología repleta de evocaciones y cámaras a través de las cuales expandirse, mientras estas se volatilizan. En este nuevo compacto en NEOS, música de cuarto oscuro (2013) es un claro ejemplo de esa línea de indagación textural, en la que los objetos sonoros van apareciendo a medida que avanzamos, viviendociándolos furtivamente en una plantilla de viola, violonchelo, flauta baja y clarinete bajo, instrumento que llena de forma más plena , en los últimos minutos, las cámaras de la partitura, en registro grave, alquitarando una sonoridad rotunda, densa y poderosa, muy atractiva y virtuosa, en un marasmo rítmico y tímbrico más complejizado en los restantes instrumentos del cuarteto.

El libro de Franco Donatoni. Antecedente X (1980) fue publicado en el catálogo de Arturo Fuentes, entre hombres, en un trío de homónimos para saxofón tenor, piano y percusión del año 2006 (registrado en el primer monograma para NEOS). abeto de esquí (2010, rev. 2013) fue compuesta como homenaje de Fuentes a su maestro italiano, presente ya no solo por la referencia textual, sino -ya al comienzo de la partitura- por medio de un arpegio en el piano que cita las Françoise Variaciones (1983-96) de Donatoni. Si Fuentes dice de su música que representa "una multiplicidad de eventos confusos", en pocas piezas esto resulta tan obvio como en abeto de esquí, poderosamente inmersa en lo onírico, con una aparición de objetos sonoros en dispersión que rehuye categorizaciones, estructuras, lógicas y razón. Se trataría, por tanto, tal y como señala Fuentes, de «sueño, intuición, imagen, visión, idea, fantasía, fábula...», en línea con lo sugerido por Donatoni en Antecedente X. De este modo, lo que se pierde en predeterminación se gana en libertad, resultando una obra multiforme, difícil de asir, que se fertiliza a sí misma de un modo constante lanzando nuevas texturas y formas difusas, no completamente desarrolladas: objetos musicales que aparecen en continua potencia como afirmaciones truncadas, punteados por ese arpegio del piano que se antoja único rastro de referencia, la recurrencia al brote germinal, tanto musical como conceptual, de abeto de esquí

Las demás particiones del compacto pertenecen al ciclo. Fábrica espacial (2011-12), aquí presenta en sus números del tres al seis. Space Factory III - del Ciclo Infantil (2011) nos remite a la infancia, y en ella el oboe prácticamente funciona como en abeto de esquí, creando recurrencias que compactan este trío con piano y percusión; una percusión también onírica, metálica y ensoñadora, con un piano de estructuras, similar, reiterativas. Fuentes busca en esta partitura la explotación de los colores armónicos y del espacio como ente reverberante, atravesado por frases que tienen dejes de las canciones infantiles, con su amabilidad y sencillez (que no simpleza). En conjunto, sin embargo, Fábrica espacial III me parece por debajo de las piezas con electrónica de este ciclo, de mayor ambición musical, y en las que Fuentes da lo mejor de si.

El color Armónico es fundamental Fábrica espacial IV (2012), referenciado por una kalimba Y su afinación en cuartos de tono, algo que deben imitar los instrumentos restantes, produciendo, unido a la complejidad rítmica creciente de esta pieza, una saturación del espacio sonoro muy premeditada, que deviene en momentos de caos, para Fuentes: «un intento de componer un bloque compacto, suspendido y monolítico, como si fuera una nebulosa de la cual se desprenden brazos de luz». Si la kalimba mark con su afinación el esfumado equilibrio tonal entre los instrumentos del ensemble, piano y, sobre todo, clarinete, marcan el fraseo, lo más estructural (si de estructuras podemos hablar en una partitura tan multiforme y abigarrada, tan libre y proliferante). Así el clarinete nos insiste glisando que es en si mismo un recorrido con carácter propio en medio del 'caos' instrumental; un recorrido inspirado en Borges, cuando el argentino escribe: «yo sé de un laberinto griego que es una linea única, recta». Ese laberinto pretende ser aquí una cuerda armónica y un objeto poético, a pesar de que su trabajo sea soterrado, sutil, empotrado en masas ambivalentes en las que, de nuevo, la música de Fuentes despliega un carácter esencial, atávico, intuitivo.

Por último, las dos partituras que más me han gustado de este compacto, las que Arturo Fuentes dispone con electrónica: medio con el que dialogaba una pieza del compositor mexicano que ya estuvo presente en nuestro diario, en junio de 2013, cuando Vertixe Sonora interpretó en la coruña memorias del vacio (2012), con la poeta Maite Dono y el recitado [reseña vacía]. De hecho, la electronica es la gran protagonista de Fábrica espacial V (2012); una electrónica que ejerce de cortina acústica que desvela en diferentes grados de presencia al conjunto, creando lo que Fuentes denomina «curvas de percepción», en función del recorrido por el cual nos acercamos (o se nos acercan) los instrumentos acústicos difuminados en/con la electrónica, lo que da lugar a una pieza de rotonda hibridación, en la que cuesta discernir la fuente de cada sonido. Si en algunas de las partituras previas aparecían objetos sonoros con cierta recurrencia, señalando aspectos de unidad a lo largo de las piezas (algo que, cuando el motivo era sencillo, lastraba el vuelo y la audacia de la música), en Fábrica espacial V Tiene un peso más sustancial el concepto de extravío que Fuentes aplica a su música, debido a la heterogeneidad sí conseguida plenamente que esta partitura depara, desligada de esas recurrencias más efectivas conceptuales que musicalmente. Con un carácter escultórico, vivo y rico, la electrónica hace crecer esta partitura, que se sitúa entre lo mejor del compositor.

También con electrónica, a Fábrica espacial VI (2012) es tanto el peso de la tradición, especialmente en los armónicos y en el mundo glisando de la flauta, que pide un papel preponderante en la obra. Se trata de una flauta que fusiona este lenguaje más canónico con las proyecciones de aire sin tono, la percusión de llaves y el ruidismo, por lo cual el lenguaje alquitarado se asienta en ese terreno de síntesis que exploran tantos compositores actuales, en el que tanto brotan ilusiones melódicas (aquí muy claras por momentos en flauta y violín) como se trama un marasmo ruidista con el apoyo de una electrónica más lírica y poética que en Fábrica espacial V En su procedimiento, con una flauta que trabaja en acciones independientes, y un violín y una electrónica que refuerzan y multiplican su sonoridad, Fuentes busca «pasar del ruido al sonido, del caos al orden, de lo regular a lo irregular, de la singularidad a la multiplicidad», pero sin caer en la indeterminación, sino a través de generar espacios sonoros en los que el público se adentre en la incertidumbre. En este sentido, Fábrica espacial VI resulta totalmente efectivo, con una tensión mantenida sobre sus posibilidades de desarrollo.

Las interpretaciones de este compacto corren a cargo del conjunto recherche (Factoría Espacial III, IV y V) y el conjunto PHACE. Más poético, este último; especialmente en Fábrica espacial VI, enfatizando también lo onírico y la dispersión de esta música, su carácter móvil y plural; Mientras que el conjunto recherche muestra más firmeza, estructuralismo y contundencia rítmica. Se trata de dos modos diferentes de abordar la música de Fuentes que revelan tanto lo más atávico e irreal de su música, las improntas y herencias de lo mexicano, como su firme voluntad de actualidad tímbrica, producto de su inmersión en la escena austriaca, especialmente en lo que se refiere a una fusión acústico-electrónica. Las tomas de sonido, registradas en el ZKM de Karlsruhe, son excelentes y nos ayudan a disfrutar de esos intersticios en los que ambos medios dialogan y se funden, así como a extraviarnos en sus laberintos y, gracias a su nitidez, devolver a sus líneas maestras, que las hay. También los textos explicativos del propio Arturo Fuentes, en el libreto de esta edición elegante y efectiva (como es habitual en NEOS), nos ayudan a orientarnos en estos laberintos tan totalmente actuales.

Paco Yáñez

 

20.06.2014

artículo original

“Hacía años que no escuchaba un CD tan increíble como el que tengo en mis manos. […] La música de Arturo Fuentes, aunque apenas tiene 30 años, tiene personalidad, calidad, mundo interior y es excepcionalmente comunicativa. […] Un universo que llena el tiempo y no te deja perder el interés en él: te atrapa y te inspira. El mejor CD de música contemporánea del año” – juan francisco de dios 
(Traducción: Arturo Fuentes)

Ö1 Zeit-Ton, revista “Zeit-Ton” del 14.05.2014 de mayo de XNUMX, autor: Reinhard Kager

[…] De los mayores a los jóvenes, de la música vocal a la música instrumental: el compositor mexicano Arturo Fuentes, residente en Tirol, presentó en Neos Music un CD con composiciones de música de cámara de los últimos años grabadas por el conjunto de Friburgo recherche y PHACE de Viena. La publicación está determinada por la serie de obras “Space Factory”, que también dio nombre al CD.

En dos de estas piezas de Space Factory con modelos muy diferentes, Fuentes también utiliza la electrónica. Es una especie de telón electrónico detrás del cual el mexicano, nacido en 1975, esconde a los instrumentistas de su “Space Factory V”: a veces el clarinete bajo, el violín, la viola y el violonchelo son claramente audibles, a veces son, por así decirlo, tragados. por los sonidos electrónicos. Con texturas musicales bastante espeluznantes. […]

 

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