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Georg Friedrich Haas, Johannes Boris Borowski, Stefan Prins, Mark Andre, Francesco Filidei, Yoav Pasovsky: Donaueschinger Musiktage 2015

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Artículo NEOS11611-12 Categorías: , ,
Publicado el: 14 de octubre de 2016

Programa:

SA CD 1
Tiempo total de juego: 77:32

Georg Friedrich Haas (* 1953)
[ 01 ] Octeto para 8 trombones (2015) 19:50

estreno alemán
Obra encargada por Trombone Unit Hanover, financiada por Ernst von Siemens Music Foundation

Unidad de trombón Hannover
Frederic Belli, Mateusz Dwulecki, Karol Gajda, Lars Karlin, Angelos Kritikos, Tobias Schiessler, Mateusz Sczendzina y Yuval Wolfson

Johannes Boris Borowski (* 1979)
[ 02 ] Serac para orquesta (2014 / 2015) 24:55

Estreno mundial Obra encargada por SWR

Orquesta Sinfónica SWR Baden-Baden y Friburgo
Peter Eötvosconductor

stefano prins (* 1979)
Extensiones de caja de espejo para conjunto, electrónica en vivo y video en vivo (2014/2015) 32:42

[ 03 ] Escena 1: Espacios híbridos #1 07:51
[ 04 ] Escena 2: WYSI(N)WYG 11:11
[ 05 ] Escena 3: Solo podrás expresarte si te conviertes en un holograma 04:48
[ 06 ] Escena 4: Espacios híbridos #2 08:52

Estreno mundial Obra encargada por SWR

Conjunto Nadar
Elisa Medinilla, piano Yves Goemaere, piano
Thomas Moore, trombón/director de escena/producción
Bertel Schollaert, saxofón Dries Tack, clarinete Katrien Gaelens, flauta
Marieke Berendsen, violín Pieter Matthynssens, violonchelo / director artístico
Kobe Van Cauwenberghe, guitarra
Culture Crew (Vincent Jacobs), software de video · Wannes Gonnissen, sonido/electrónica
Stefan Prins, director artístico · Rebecca Diependaele, directora general

 

SA CD 2
Tiempo total de juego: 71:15

Marcos André (* 1964)
[ 01 ] "arriba" para clarinete, orquesta y electrónica en vivo (2015) 38:10

Estreno mundial Obra encargada por SWR

Jorge Widmann, clarinete
Orquesta Sinfónica SWR Baden-Baden y Friburgo
François-Xavier Roth, director
ESTUDIO EXPERIMENTAL de la SWR

francesco filidei (* 1973)
[ 02 ] matar a bach para orquesta (2015) 20:50

Estreno mundial Obra encargada por SWR

Orquesta Sinfónica SWR Baden-Baden y Friburgo
François-Xavier Roth, director

Yoav Pasovski (* 1980)
[ 03 ] pulso alternante para orquesta (2015) 12:12

Estreno mundial Obra encargada por SWR

Orquesta Sinfónica SWR Baden-Baden y Friburgo
Peter Eötvos / Gregor Mayrhofer, directores

Reseñas de prensa:


26.6.2017 junio XNUMX, Paco Yáñez

Un año más, regresamos al oráculo de las Donaueschinger Musiktage para conocer las últimas tendencias de la música artística europea, en una edición, la del 2015, editada en soporte fonográfico por NEOS de forma un poco más escueta de lo habitual, en tan sólo dos SACD, aunque sigan primando en ellos las señas de identidad que caracterizan al sello alemán en cuanto a calidad interpretativa y técnica.

Abre la selección uno de los compositores austriacos más aclamados del momento, Georg Friedrich Haas (Graz, 1953), que nos presenta una formación tan peculiar como la deparada por su octet for 8 trombones (2015), encargo de la Trombone Unit de Hannover, que afronta aquí una partición fruto del análisis de las cintas magnéticas registradas por Giacinto Scelsi en su estudio. En ellas, Haas descubre algo que confiesa lo dejó asombrado: la presencia de melodías cantables incluso en los más pequeños microintervalos. Habitual estudioso de las partículas de los espectros sonoros, Haas utiliza este octeto de trombones para construir todo un entramado en cuartos, sextos y octavos de tono: intervals que -afirma- requiere la más precisa entonación. Emplazados en cercanía, los ocho trombones crean una masa homofónica intensa en la que los trazos melódicos se producen por reverberación de los microintervalos. En los pasajes más abigarrados y tumultuosos, los acordes generados (articulados en esa degradación microtonal) producen la sensación de estar contemplando una imagen muy curiosa: la de escuchar el acorde y su sombra al tiempo, cual si un movimiento musical se hubiera congelado en el espacio y lo visualizamos en sus diversos estratos de desarrollo, como una estela. A pesar de no estar concebida como una textura polifónica, los intervalos resultaron de las ocho fuentes sonoras crean capas suficientes como para darnos la sensación, en momentos puntuales -aliados con la estrecha espacialización y el manejo de los reguladores de velocidad-, de una estructura que trasciende la homofonía para desplegarse en diversos estratos interactivos. La impronta del maestro italiano, por otro lado, es audible, legándose a vislumbrar un eco scelsiano de corte atávico, cual danza ceremonial procedente de tiempos y espacios remotos. No es, ni mucho menos, la pieza más ambiciosa de Georg Friedrich Haas, pero si algo muestra, es la capacidad del austriaco para adentrarse en las más refinadas partículas sonoras, aun con una plantilla que no pareciera ayudar en exceso, diversificando en ella timbres y colores

Tampoco la orquestal Sérac (2014-15), del alemán Johannes Boris Borowski (Hof, 1979), tuvo una influencia mayormente. Se trata de una partitura orquestal de casi 25 minutos de duración, pero que da la sensación de una mayor extensión temporal, algo que Borowski parece pretendiente, pues una de sus indagaciones en Sérac es la del comportamiento de materiales musicales diversos en una convivencia a largo plazo: cómo la relación se establece y profundiza por la convivencia mantenida (aunque para una exploración realmente consecuente tendríamos que irnos a unas duraciones más propias del último Feldman). Sérac tiene como referencia a la ascensión, en 2008, una vez montañeros al K2, muertos todos ellos en un cuello de botella entre dos séracs de un glaciar. Borowski no tiene ningún interés en una descripción del programa y la moralidad de la ascensión y la muerte, que luego se suma a una cadena de causalidades desemboca en este momento de fatalidad en el que el ser humano se encuentra en la cima del colapso de una pared. de Hielo que convierte lo That era reto y desafío en helada tumba: líneas de existencia, por tanto, condenadas a entrecruzarse desde de diferentes orígenes, no tanto por una supuesta 'casualidad' como por esas cadenas sucesivas de causalidades. A pesar de no resultar estrictamente programática, el movimiento continuo que pone en marcha la partitura, su avance entrecortado pero de clara direccionalidad, nos remite a una ascensión trabada por dificultades y puntuales momentos de mayor interés instrumental; aunque, en conjunto, resulta un trabajo algo anodino.

El belga Stefan Prins (Kortrijk, 1979), uno de los niños terribles de la música europea, vuelve a las Donaueschinger Musiktage de la mano de su ensemble de referencia, el Nadar, con Mirror Box Extensions (2014-15), partitura para ensemble , electronic and video (que en esta edición NEOS ha omitido: una pena, pues pensábamos que, tras la inclusión del formato DVD en la edición de las Donaueschinger Musiktage 2014, se podría abrir una vía más que pertinente para propuestas audiovisuales como las de Prins : habitual alquimista de música e imágenes). Como su título indica, Mirror Box Extensions es una extensión temática y conceptual de la previa Mirror Box (Flesh+Prosthesis #3) (2014), en la que Stefan Prins indagaba en la extensión/sustitución del cuerpo humano con prótesis tecnológicas que creasen una poetica musical trasunto de la fisicidad del cuerpo. Esa caja-en-espejo serviría aquí para aliviar la sensación de ausencia de un miembro amputado, creada la ilusion de su existencia por medio de reflejos musicales. Ahora bien, existe un contexto, un recuerdo, el marco en el cual esos movimientos se produjeron, con una sustancia física de fondo, no como una simple simetría provocada por el reflejo; de ahí que Mirror Box Extensions no sea simplemente una inversión desdoblada de temas, sino toda una arquitectura a modo de holograma musical para crear una realidad acústica virtual, algo en lo que ensemble y electrónica colaboran para sintetizar las masas híbridas tan típicas en Prins, ya conocidos en nuestro diario por medio de obras como Fremdkörper #1 (2008), Generation Kill (2012), o I'm your body (2014). Como en todas ellas: prolija exploración de técnicas extendidas, los típicos traqueteos prinsianos que tanto nos remiten a una ráfaga de metralleta como a una desaforada máquina de escribir eléctrica, desdoblamientos acústico-electrónicos de sustancia híbrida práctica mente irreconocible, etc.; Todo ello con una sonoridad muy actual, aunque con una poetica dura y asfixiante. Además, en sus notas se remite el compositor Belga a la 'Ley mordaza' del Partido Popular; en concreto, a la manifestación en su contra celebrada en Madrid el 12 de abril de 2015 frente al Parlamento, acto que, según la nefanda Ley Orgánica de protección de la seguridad ciudadana ('Ley para la autoprotección atrincherada del gobernante', deberíamos rebautizarla) , podría ser constitutivo de delito al carecer de autorización por parte de papá-Estado ("¡La calle es mía!", afirmaba otro personaje de ingrato recuerdo en épocas que parece querer resucitar su prole política). Por ello, Prins quiere que su música sirva, además, de cuerpo hologramizado para que la ausencia de fisicidades concretas -legalmente imputables- sustituya la manifestación física por una proyección sonora contra un poder opresor de cuentos ínfulas totalitarias. Aunque dichos presupuestos nos coloquen en puertas de lo ya avanzado por la ciencia ficción: con manifestaciones de individuos-holograma resistiendo ante un poder saturnal (ilústrese al gusto, tanto con Rubens como Goya), quizás sean cuentos los tiempos hacia los que nos encaminamos.

Ya en el segundo SACD, nos encontramos con el francés Mark Andre (París, 1964), a quien tengo entre los compositores más sólidos y sustanciales del siglo XXI: uno de esos artistas como a los que podemos llamar maestros. “About” (2015) es un buen ejemplo de ello, lo que significa que es una pieza de clarinete, orquesta y electrónica, en mi opinión, como la más destacada de esta edición en cuanto a unir modernidad estética y musicalidad. Estamos ante una obra prácticamente susurrada, extremadamente frágil, en la que los crescendi que en otras partituras serán convencionales elevaciones sonoras adquiridas el volumen de un verdadero tsunami. «Sombras de desapariciones» es una de las imágenes a las que recurre el propio Andre para que visualicemos una música tan sutil, el francés afirma se decide en los intersticios de lo que entendemos por composición: en sus huecos y pequeños trazos. El título es extra para el Libro de los Números, que se conecta con la Biblia parisina con la Biblia, para la edad media del milagro de Dios y la cuidad del hombre desde lo alto, un milagro que es paz y bendice nuestra existencia (según el capítulo 6 del Libro de Números)…

…Mark Andre está en la parte superior del cruce entre las curvas y los bendecidos; Decide, en la relación entre Dios y el ser humano: temática recurrente en un compositor con tan arraigada fe Cristiana. El hombre es visto por Andre como una criatura en proceso de desaparición, lo que señala él un estado de fragilidad en cuyos intersticios metafísicos desarrolla sonoridades entre las rugosidades ruidistas y las alturas que desarrollan, transforman y desaparecer hacen materiales en tiempos y es pacios que generican. Estructuras y sonoridades de mínimos. La fragilidad de estos espacios intersticiales tiene las fronteras de lo determinado se quieten, dejando paso a compases abiertos en el clarinete, algo que en esta versión del estreno mundial se beneficia de los recursos técnicos, la creatividad y la sabiduría en la improvisación del clarinetista y El compositor alemán Jörg Widmann. Parte de estos pasajes son indeterminados son analizados por el sistema informático del mítico EXPERIMENTALSTUDIO des SWR para desdoblar los materiales del clarinete y crear nuevos intersticios aún más complejos, dada la proximidad de unos materiales que parecen continuidad de un mismo trazo. Las estructuras creadas para clarinete y electrónica alimentan el tejido orquestal, lo que multiplica aún más los campos en reverberación, los intersticios y la fragilidad de un entramado de reflejos en que un solo cambio desestabilizaría la cadena de espejeos: de ahí que Mark Andre hable de “about” como de una “comunión sónica”, participando cada miembro de la grey de un cuerpo (sonoro) que los hermana. Mark Andre espera que en los pasajes más desolados de su partitura, aquellos en los que el hombre apela a su creador (“vox clamantis in deserto”, escribe en sus notas), se pueda experimentar la experiencia metafísica de la presencia tierna del Espíritu Santo. … Este no es el caso aquí, pero la edición de este estreno en SACD no es en tanto, pero no es para los niños que se refieren a ella como “sobre” la página del alcalde de la enjundia y calado de estas Donaueschinger Musiktage 2015 (al menos, en Lo que NEOS ha recogido en disco compacto).

Al italiano Francesco Filidei (Pisa, 1973) parece que se le quedó poco después tan freudiano de matar al padre, pues se ha decidido a matar al patriarca de la música (uno de ellos) en su orquestal Killing Bach (2015). Más, aún, si pensamos que el propio Filidei afirma que Bach es el creador de lo más perfecto que puede imaginar sobre la Tierra: una música que ataca inmisericordemente con todo tipo de sonoridades agresiones que pueden ir desde disparos de armas a golpes wagnerianos, entre Cuyo impactos resuena la insondable belleza del preludio de un Tristán e Isolda (1855-65) que, como Bach, cambió la faz del planeta musical. Todo ello diseñado a lo largo de una partitura entre lo cómico y lo grotesco, que vuelve a enfrentarse a Francesco Filidei con la historia: ese momento iniciático que parece profesión de vida en tantos artistas italianos, abrumados por el peso de un pasado tan a flor de play en su país. Filidei, además de compositor, es organista, de ahí que, en la reflexión sobre su papel como creador, se haya propuesto una 'confrontación' musical en cinco piezas orquestales con cinco compositores históricos para indagar quién es él por medio de su mirada al otro. , desvelando, así, la posible existencia de una voz propia (o la de medirse con el corazón de los maestros, que decía otro escrutador de la historia, como Luigi Nono). Fiori di Fiori (2012) fue la primera pieza de este ciclo, dedicada (y confrontada) a un tótem de la música italiana, como es Girolamo Frescobaldi. En Killing Bach, Filidei pretende renovar el sentido sagrado de la música a través de su violencia inherente a sus pulsiones. Una firma que hubiera podido escribir una música 'bella', pero que ha optado por una partitura perturbadora que puede parecer divertida, pero que no lo es, pues pone el dedo en la llaga de una situación política que se está volviendo peligrosa para todos, No hay un solo para el mundo de la cultura y la música. Hace unos días, escuchábamos en Madrid al cineasta lituano Jonas Mekas expresóse en términos similares: él, que conoció el horror de la Segunda Guerra Mundial y la deportación, y que afirmaba que se está produciendo una deshumanización de dimensiones planetarias realmente preocupante.

Por último, el Israelí Yoav Pasovsky (Haifa, 1980) nos presenta, también en estreno, otra pieza orquestal: Pulsus alternans (2015). Se trata de una partitura que nos recuerda, de algún modo, al mejor Steve Reich, pues se adentra en el estudio de los procesos musicales de convergencia y divergencia, a través de una abigarrada red de motivos armónicos que emergen y se disuelven buscando puntos de Encuentro entre dos grupos orquestales, cada uno de ellos con un director (aquí, Péter Eötvös y Gregor Mayrhofer) y tempi dispares. Aunque bastante convencional en cuantas sonoridades, el resultado final es de una gran potencia expresiva y atractiva, oscilando entre repeticiones claramente discernibles como procesos mecánicos y unas sonoridades que Pasovsky dice continuas: masas texturales móviles que abarcan a ambos grupos orquestales, subyugantes por un halo Magia mágica en su misteriosa belleza a algunos pasajes de esa película tan hermosa que es Der Himmel über Berlin (1987), de Wim Wenders, con la banda sonora original de Jürgen Knieper. Como en el caso de las obras precedentes, nos encontramos con primeras grabaciones mundiales, siendo todas ellas estrenos absolutos excepto el octeto de Georg Friedrich Haas. El nivel interpretativo es mayúsculo, por lo que el impacto de los sucesivos alumbramientos está garantizado, tanto en lo humorístico como en lo más moderno y/o refinado, pues aunque algunas de las partituras no han causado una impresión especial, cierto que la La maestría de sus autores en el manejo de los medios instrumentales es más que evidente.

Las tomas de sonido, como es habitual en las Donaueschinger Musiktage, corren a cargo de la SWR, siendo la excelencia de las mismas la ya conocida tanto en los registros de la radio alemana como en las ediciones del sello NEOS. Al acortarse con gran esfuerzo esta edición de las jornadas a tan solo dos SACDs, el libreto es menos generoso que en la edición de 2014 (entonces, 126 páginas; ahora, 43); pero, de nuevo, aporta ensayos muy sustanciosos a cargo de los compositores. Fotografías de cada uno de ellos completan una edición que no por escueta deja de ser intensa y repleta de invitaciones a conocer las rutas de la música actual más viva; además, con el mérito de una heterogeneidad de lo más variopinto.

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02/2017

“Música notable [...]: El octeto para ocho trombones de Georg Friedrich Haas, que, siguiendo a Scelsi, explora diversas posibilidades de melodías microtonales y desarrolla tremendas vibraciones en el proceso; Johannes Borowskis Serac, una expedición sonora profusamente expresiva, y todo lo contrario: sobre, una especie de concierto para clarinete al borde de la desaparición, donde Jörg Widmann y sus sombras electrónicas exploran el aura de los vacíos sonoros.” (Dirk Wieschollek)

 

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